SER NADA

Me fui desarmando de a poquito, pedacito a pedacito. Se me estrujó el alma y, de pronto, emudecí. Y así me quedé, callada.

Con el tiempo, me empezó a gustar eso de estar callada, casi ausente. No sé, me pareció, que la vida se volvía inmejorablemente espléndida cuando me tomaba el tiempo de estar en silencio y vivir.

Pero no creas que no te escucho, porque lo hago. Te escucho lastimarme, una y otra vez. Te escucho hablando demasiado y no diciendo nada.Te escucho sí, más de lo que quisiera. Te escucho decirme que estoy sola, que no sirvo, que para cuándo, que no puedo. Te escucho y aunque quiero, no puedo dejar de escucharte.
"Deberías ser más educada", "así no vas a llegar a ningún lado". "No contestes, compórtate". "¡Siempre gritando vos!" 
Que si leo tal libro, que si salgo con tal persona, que si me pongo esto, que si hablo de más. Que si siento demasiado, que si no siento nada

Y me cansa, te lo juro que me cansa. Me cansa respirar este aire denso, cargado de tu negatividad. Tu negatividad, ¿entendés?. ¡Me cansa!.  

Me cansa a sobremanera, eso de ir con el corazón en el bolsillo y las ganas aplastadas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario